martes, 29 de enero de 2013

Para seguir acertando pese a todo

Os escribo desde la trinchera del despacho. Este 2013 ha traído consigo una gripe que puede con casi todos. Que viene y no se va. Que se cuela en forma de resfriado, de dolor de garganta que pasará rápido. Pero de eso nada, la muy canalla se queda unos cuantos días más debilitando el resto del cuerpo. Primero cayó Susanita, después Carlos, luego Antonio y por último Claudia, ¿Por último? Eso pensaba yo. Esta mañana ha caído Susana, la mamá. Así que solo queda el de Filipinas, el que os escribe, escondido detrás del ordenador y con más tareas caseras pendientes que nunca, ahora que está groggy la comandante de la tripulación.
 
Por eso, entre otras cosas, escribo este post con retraso. Y hace ya varios días que me rondaba la cabeza un tema del que quería hablaros, básicamente cada vez que me enciendo al poner el Telediario. Hoy utilizo mi blog para desahogarme. 
 
Ciñéndome a las noticias que salen en la tele en los últimos tres escasos días: estoy hasta las narices de ver que Bárcenas hace años que se lo lleva calentito, que los Pujol lo tienen maravillosamente montado, que en Unió no huele mucho mejor, que Mulas y Amy tienen un proyecto en común que va mucho más allá de su matrimonio roto entre sueldos y sobresueldos por doquier, que hoy han detenido al Teniente de Alcalde de Lloret de Mar por sus relaciones con la Mafia rusa, que a Urdangarín ya no lo quieren ni en la web de la casa Real, que indultan al amigo del amigo, y que yo no podía conseguir una cita con el ex Director de Empleo porque estaba con los polvitos mágicos (elija usted la métofa adaptada a los Daneses o a lo otro, hay para elegir). Hablo sólo de algunas cuestiones relativas a menos de 72 horas, si lo amplío al mes en curso no hay espacio en este blog. Parece mentira pero las cosas están así.
 
Y ante esto ¿qué? A mi se me ocurre que hay dos formas de pensar y de actuar: la primera es la cómoda, la del espectador romano que iba al circo. Entre un número y otro, sueltan a un cristiano para que luche contra un león. Cuando la bestia ataca, el hombre no sabe qué hacer, suelta el tridente y sale huyendo, provocando la algarabía del gentío. Todo el mundo lo ve, todo el mundo lo hace, todo el mundo se ríe. Por tanto, no debe de ser tan malo. No hay nada más peligroso que normalizar el pecado. Todos roban, todos mienten, todos engañan, todos defraudan. Porque entonces minimizamos el mal y nos cuesta muy poco acercarnos a él. Para que lo malo repugne y lo bueno atraiga, es necesario ver claramente lo que tiene de malo y lo que tiene de bueno cada cosa, y para eso hay que tener una vara de medir, una escala de valores.
 
Además, todos los hombres y mujeres de una época son parecidos: tienden a pensar, vestir y comportarse de un modo semejante. Y por tanto, se tiende a valorar las cosas de la misma manera. Con los mismos énfasis y con los mismos prejuicios. Lo que demuestra la enorme influencia que el ambiente ejerce sobre las personas.
 
La segunda vía es la del rebelde con causa, la del que pretende influir desde una moral sólida, basada en principios y con acciones concretas. Yo me alisto en esta, y te pido que no desfallezcas, que sigas luchando conmigo. Pare seguir en ella, para lo caer en el lado oscuro, se me ocurren algunas iniciativas, una especie de decálogo para sobrevivir a los zombies, a las que puedes proponer sumar otras:
 
1.- Tener y creer en una Moral concreta. Para mi la moral es el arte de usar bien la libertad.
2.- Tratar de vivir tus actos acorde con ella.
3.- Ser exigente con uno mismo cada día, reconociendo los errores y poniendo soluciones.
4.- No creer de primeras lo que te venden desde fuera desde la argumentación "todo el mundo, es la moda, si otros lo hacen, ..). intenta ir más allá del porque quieren que lo hagas o lo sigas.
5.- Buscar buenos ejemplos en modos y estilos de vida. Aviso: no salen en la tele.
6.- Hacer cada semana algo por alguien que no sea el amor de tu vida. Hay mil y una posibilidades en tu ciudad.  
7.- Proponerte ser influyente a través de tu trabajo y de tus actos sociales. Ser un ser vivo.
8.- Decir que algo está mal si sabes que está mal.
9.- No aceptar dinero fácil por trabajos de mentira, fraudulento. Sé que cuesta, pero mira el punto 4
10.- Gánate el respeto de los demás. ¿Cómo? Fácil. Piensa en una persona a la que respetes profundamente y que haya influido en tu vida, en un referente. piensa por qué le respetas tanto, y ponle nombre. Si eres capaz de imitar esa característica personal que tiene esa personas y por la cual le respetas tanto, ya tienes mucho ganado.  
 
En resumen, deja tu huella, merece la pena intentarlo. Por supuesto puedes aportar lo que te parezca, lo que creas que me he dejado y puede ser importante. Hay muchas cosas. Pero como dijo el otro Basta Ya. Fíjate, aunque a un coste muy alto para muchos, soy de los que piensan que al final la crisis va  a traer muchas cosas buenas, entre otras cosas va  a limpiar esto un poco, que buena falta le hacía.   
 
 
 
 
 

lunes, 14 de enero de 2013

La clave del éxito en 2013

No voy a ser infiel a mis criterios. Ya os dije que para mí el año comienza al inicio de cada curso, o sea al final del verano. En ese momento, tras el merecido descanso estival, vamos calentando motores y nos disponemos a conseguir los objetivos que en algún momento de reflexión durante todas esas horas "muertas" que podemos tener en agosto hemos diseñado y ordenado por orden prioridad.
Dicho esto, sí es cierto que en los albores del nuevo año, va siendo hora de ponerte a pensar si los proyectos planteados van tomando forma y el camino se va andando. Si vas siendo capaz de lograr el éxito en aquellas cosas en las que querías triunfar.
La semana pasada, en uno de los entrenamientos del equipo de minibasket (11 años) en el que soy flamante entrenador, nos paramos a charlar un rato para plantearnos los objetivos que nos planteábamos al inicio de la segunda vuelta del campeonato. En ese momento, en nuestra Liga  íbamos sextos de ocho equipos participantes. Uno de los primeros chicos que se animó a participar dijo: “Ganar todos los partidos que nos quedan”, otro señaló a continuación, “aunque no ganemos todos, yo quiero ser el máximo anotador del equipo”, otro planteó otro fin radicalmente distinto “¡seguir pasándonoslo bien!”, y a continuación Carlos dijo “quedar quintos al final de la Liga”.
Uno de los problemas que sufren la mayoría de las Organizaciones es lo que podríamos llamar “la falta de definición del éxito”. Se caracteriza por la obsesión de alcanzar el éxito… sin tener en cuenta que significa cosas diferentes para cada uno.
La sensación de haber alcanzado el éxito es un sentimiento interior que no siempre se produce al haber alcanzado los objetivos. Y si no lo tienes, es porque esos objetivos te los habían planteado otros, o no creías en ellos, o no supiste compaginarlos con los tuyos. Hay empresas que simplemente miden el éxito en relación a cuánto más dinero ha ganado el Presidente. Cuanto más beneficio, más éxito ha tenido. Por esta regla de tres, el éxito para cualquier empresa es venderla por la mayor cantidad de dinero posible.
Antes de plantearnos qué objetivos queremos conseguir, deberíamos pararnos y reflexionar sobre qué es realmente el éxito para nosotros, algo que irá muy unido a nuestros valores, principios y necesidades…. ya que existen muchas definiciones de éxito. No te plantees metas por imitación o por moda social. Por poner unos ejemplos, estas son las razones que me contaron en una ocasión que podían mover a un emprendedor a plantear crear su propia empresa:   
1. Montar un negocio que le deje tiempo libre y calidad de vida.
2. Montar un negocio que mejore la sociedad
3. Montar una empresa rentable con fondos propios y crecer de forma lenta pero segura.
4. Conseguir una inversión externa para crecer.
5. Crear una empresa para venderla.
Ojo, todas son respetabilísimas razones para crear una empresa, independientemente de que te sientas más o menos identificado con alguna de ellas.
Lo mismo pasa con tu carrera y tu futuro profesional. Antes de plantearte cosas como “hay que irse fuera de España porque todo el mundo se va”, o “Voy a especializarme en este campo porque hay muy poco paro y tengo el trabajo casi asegurado", pregúntate ¿Qué es para ti el éxito?, ya que la definición debe condicionar completamente tu estrategia.
Por si te sirve de algo, los tres criterios que a mí me han ayudado siempre a diseñar mis metas desde el ámbito profesional son estos:
1.- Trabajar en un proyecto que me guste, despierte mi curiosidad por mejorar y me divierta,
2.- Desarrollar un proyecto profesional que me permita ganar una cantidad de dinero proporcionada para mantener mi posición familiar y social, de forma modesta pero suficiente,
3.- Tener un trabajo a través del cual pueda aportar algo de influencia para intentar transformar un poco este mundo y hacerlo mejor.
Los que ya me conocéis sabéis que he tomado algunas decisiones en mi vida profesional que algunos no entenderían a partir de otras prioridades, lo que pasa es que haciendo lo que hago me lo paso genial, tengo la motivadora permanente sensación de que me queda muchísimo por aprender, y gente interesantísima aún por conocer, así que cualquiera me hace cambiar de opinión.
Si te sirve, ahí lo llevas. Eso sí, se tú el que te marques tus objetivos, bien aconsejado por quien te puede aconsejar bien, y con algo más de cinco minutos de reflexión interior. Pero que no sean otros los que te impongan la hoja de ruta de tu vida, porque te estarán planteando las cosas desde su perspectiva, no desde la tuya.
Buen viaje.
PD: Por cierto, el objetivo que nos marcamos en el equipo fue quedar cuartos y que todos jugaran una media de minutos equilibrada. Y este sábado pasado ¡ganamos 40-16 a los segundos de la clasificación! Creo que vamos por buen camino…