martes, 2 de abril de 2013

Qué trabajo te espera en el futuro


 57 días después vuelvo a escribiros… y espero que no pasen otros 57 días más para la siguiente entrada. Una cosa es no ser capaz de cumplir la intención de una entrada semanal, y otra bien distinta pasarse casi dos meses missing total. Prometo hacer todo lo posible para que no se vuelva a repetir.
Imagínate todas las excusas que estaba dispuesto a argumentar: trabajo, familia, tiempo, … de todo, pero para qué. Y mira que he pensado cosas sobre las que me hubiera gustado compartir mis pensamientos contigo. En fin, de todas ellas, y porque últimamente ando muy cerca, de nuevo, de universitarios, te relaciono algunas ideas que he convertido en una conferencia que daré en los próximos días en un proyecto muy interesante que estoy emprendiendo junto a mi amigo y maestro Antonio Vázquez.: “Qué trabajo te espera en el futuro”. Para ti, para tu hijo, para un sobrino, para alguien a quien pienses pueda interesar.

En el futuro inmediato, más de la mitad de los empleos que habrá en el mundo, y por tanto en tu país, será así:

Tu futuro profesional no se parecerá nada al de tus padres.  No va a haber un trabajo para ti en el que te vas a pasar 20 años .Va a haber empleos. Empleos creados por ti mismo.

El cuore de ese empleo serás tú. Te convertirás en el Director, el Comercial y el Jefe de Operaciones de tu empresa. Tendrás que ser endiabladamente bueno, proactivo e innovador si quieres vivir de ti y pasártelo bien.

La norma es esta: si no generas valor añadido, mejora para el cliente, buen precio y eficiencia en el servicio, no te comprará nadie.

Como eres tu empresa, tú gestionarás tu tiempo. Tú decides qué porcentaje del mismo será para tu familia, para tu vida social, para ti mismo y para el trabajo. Tú decides a qué te quieres dedicar, cuál es tu producto estrella, y a qué otras cosas dirás que sí para mantener tus gastos.

Te va a tocar ser emprendedor, sí o sí. Y te va a tocar saber vivir en la esencia del presente y del futuro: la incertidumbre. Vivimos y viviremos en los próximos años en terreno incierto. Es lo que hay.

Y si esto será así, ¿qué puedo hacer para que me compren? Fácil. Y difícil. Lo que de verdad marcará la diferencia respecto a los demás será:

 
-          Los conocimientos:

Tendrás que invertir en ello. Cada día. Tienes que ser muy bueno en lo que haces y, además, todo cambia a un ritmo vertiginoso. No basta con tener ganas. Te convertirías en un “inútil motivado”. Cosa más peligrosa no hay.

 -          Conocer tus talentos:

No es inteligencia, o no al menos como la entendemos. El talento es una manifestación de la inteligencia emocional y es una aptitud o destreza sobresalientes respecto de los demás para realizar una tarea determinada en forma exitosa. Es lo que se te da bien de verdad. No lo que hacen los demás. Es lo que sabes hacer tú. Conoce tus talentos y cultívalos.

 -          Las habilidades:

Por favor, a estas alturas, el que no sabe comunicar, negociar, liderar, tratar a los demás, gestionar su tiempo,… no tiene futuro. Está en franca desventaja con los demás.

-          Los valores:

No te cuento un cuento. Te hablo de crecer en el liderazgo interior. Tener valores que la sociedad necesita y busca desesperadamente en los profesionales de hoy. Definirlos y ser escaparate de ellos en tu vida cotidiana. Pero no me cuentes milongas. Si me cuentas que tienes una serie de valores, déjame ver tu agenda. Tu agenda definirá si son ciertos esos valores que marcan tu camino.

 
-          Las ganas de Aprender:

Los mejores científicos del mundo, los Premios Nobel, jamás entenderían el error como un fracaso. El error es una equivocación a partir de la cual aprender. Sólo sé que no sé nada. Por eso te necesito, para seguir avanzando. El trabajo del futuro es 3.0. Aprender de los buenos para ser mejor. Y para eso, reconocerme imperfecto, reconocer el error y saber escuchar.

Todo lo anterior construirá tu marca. No tu logotipo, sino tú. El mercado ofrecerá lo profesionales con marca personal y profesionales sin ella. Y las redes sociales te harán transparente. Por eso eres responsable de tu imagen pública y publicada, más allá de insignificantes porcentajes de envidias y mentiras. Como profesional con marca propia, tienes la obligación de brillar, inspirar y ofrecer mejor continua.

Para eso, cultiva lo anterior, y equilibra lo emocional con lo racional, ambas tienen su peso y su importancia. Si tienes déficit de alguna a trabajártelo.

Y a partir de aquí, sueña, diseña, y vuela.