En una conversación con un empresario que cogió cierta confianza conmigo, me confesaba que sospechaba que su mujer podía tener un amante. "No sé Javier, la veo arreglarse más de la cuenta, parece feliz, y hace años que no la veía así". Esto me lo contaba desde su calva, sus cuarenta kilos de más, y su adherente olor a puro habano. "¿Tú que piensas?" me preguntó al fin. Y la verdad es que respondí lo que se me vino a la cabeza en el primer instante. "¿Cómo que crees? Seguro que tiene un amante! ¿tu te has visto?".
Aunque no hace falta ser excesivos, y ya sabemos que vivimos en la era de los excesos, una de las claves para mantener una vida equilibrada es cuidar la carcasa y el motor. La vida nos la da Dios, pero la salud no hay que ponerla sólo en sus manos. Esto de mezclar la Fe para justificar tantas ganas de trabajar y perderse el resto de la vida no vale. Otro profesional que conocí con mucho agobio laboral me dijo que creía que Dios le pedía más, y le contesté que Dios seguro que le pedía menos, y que el más se llama ansiedad. Directo al Ataúd que diría Carlos Andreu. Para predicar con el ejemplo, fundamentalmente estoy haciendo dos cosas: seguir con mi gran pasión deportiva, el baloncesto, y desde hace un año me estoy dedicando al solitario deporte del footing, jooging, tracking, ... o sea a correr.
Lo primero es que me pierde. Llevo el baloncesto en la sangre y soy de los pocos que en esta ciudad tan futbolera sigue al pobre Baloncesto Cajasol, que deambula entre fusiones de Cajas y Banco intentando sobrevivir. Y desde el año pasado lo gozo de una manera especial. Me ficharon los Old Stars. Suena bien eh? Una panda de veteranos que pasaron los 40 hace ya algún tiempo y que se resisten a creer que esa cifra significa algo. Es impresionante. El año pasado jugamos dos ligas y perdimos todos los partidos... menos el último! no veas qué juerga. Y no veas la cara de los que perdieron contra nosotros. Tiene que doler que te ganen unos viejetes que te doblan la edad y podrían ser, perfectamente, tus padres. En los partidos, cuando estoy en el banquillo, tengo la extraña sensación visual que, respecto al equipo contrario, nosotros vamos a cámara lenta. Y no es eso, es que el cuerpo ya no responde a determinadas órdenes del cerebro. Pero es una gozada, y de las grandes. No sabes lo bien que sienta prepararte para el entrenamiento, los partidos, la cervecita de después,...
Lo otro es un poco más por obligación. Insisto, hay que cuidarse. Como acicate, me apunto de vez en cuando a alguna carrera popular, de las de 10 kms. en adelante. Y claro, para no hacer el ridículo hay que correr varias veces a la semana. Generalmente justo antes del baño de los niños, casi al anochecer, y a veces después. No sumo esta actividad a mis tareas habituales, le resto al tiempode esas tareas esta actividad, que es "impepinable". Si lo hiciera con el tiempo que me sobrase, nunca lo haría, porque consideraría que nunca me sobra. Lo que más me gusta es el reto personal, lo bien que me siento cuando llego a casa, y sobre todo lo que me permite estar un rato solo conmigo. Entre el trabajo, y tanto alboroto infantil en casa, es un espacio breve pero muy agradecido.
Anímate anda, no seas vago. Recuerda como dice Carlos que se casaron contigo entre otras cosas por tu cuerpo Danone, y con el tiempo lo has convertido en un cuerpo Navidul. Eso no vale. No me enrollo con las virtudes de estar más o menos en forma (y bien alimentado), eso ya lo sabes. Si tienes algún complejo vinculado a lo extraño que te sientes con un chandal o con tu estilo en carrera, recuerda, como dice Phoebe en el video de más abajo, la gente te ve sólo durante un segundo....
Pero es que si no, ¿verdad que cuando no hacemos trabajar al cuerpo nada de nada cuesta hasta pensar? Así nos va.