Os escribo desde la trinchera del despacho. Este 2013 ha traído consigo una gripe que puede con casi todos. Que viene y no se va. Que se cuela en forma de resfriado, de dolor de garganta que pasará rápido. Pero de eso nada, la muy canalla se queda unos cuantos días más debilitando el resto del cuerpo. Primero cayó Susanita, después Carlos, luego Antonio y por último Claudia, ¿Por último? Eso pensaba yo. Esta mañana ha caído Susana, la mamá. Así que solo queda el de Filipinas, el que os escribe, escondido detrás del ordenador y con más tareas caseras pendientes que nunca, ahora que está groggy la comandante de la tripulación.
Por eso, entre otras cosas, escribo este post con retraso. Y hace ya varios días que me rondaba la cabeza un tema del que quería hablaros, básicamente cada vez que me enciendo al poner el Telediario. Hoy utilizo mi blog para desahogarme.
Ciñéndome a las noticias que salen en la tele en los últimos tres escasos días: estoy hasta las narices de ver que Bárcenas hace años que se lo lleva calentito, que los Pujol lo tienen maravillosamente montado, que en Unió no huele mucho mejor, que Mulas y Amy tienen un proyecto en común que va mucho más allá de su matrimonio roto entre sueldos y sobresueldos por doquier, que hoy han detenido al Teniente de Alcalde de Lloret de Mar por sus relaciones con la Mafia rusa, que a Urdangarín ya no lo quieren ni en la web de la casa Real, que indultan al amigo del amigo, y que yo no podía conseguir una cita con el ex Director de Empleo porque estaba con los polvitos mágicos (elija usted la métofa adaptada a los Daneses o a lo otro, hay para elegir). Hablo sólo de algunas cuestiones relativas a menos de 72 horas, si lo amplío al mes en curso no hay espacio en este blog. Parece mentira pero las cosas están así.
Y ante esto ¿qué? A mi se me ocurre que hay dos formas de pensar y de actuar: la primera es la cómoda, la del espectador romano que iba al circo. Entre un número y otro, sueltan a un cristiano para que luche contra un león. Cuando la bestia ataca, el hombre no sabe qué hacer, suelta el tridente y sale huyendo, provocando la algarabía del gentío. Todo el mundo lo ve, todo el mundo lo hace, todo el mundo se ríe. Por tanto, no debe de ser tan malo. No hay nada más peligroso que normalizar el pecado. Todos roban, todos mienten, todos engañan, todos defraudan. Porque entonces minimizamos el mal y nos cuesta muy poco acercarnos a él. Para que lo malo repugne y lo bueno atraiga, es necesario ver claramente lo que tiene de malo y lo que tiene de bueno cada cosa, y para eso hay que tener una vara de medir, una escala de valores.
Además, todos los hombres y mujeres de una época son parecidos: tienden a pensar, vestir y comportarse de un modo semejante. Y por tanto, se tiende a valorar las cosas de la misma manera. Con los mismos énfasis y con los mismos prejuicios. Lo que demuestra la enorme influencia que el ambiente ejerce sobre las personas.
La segunda vía es la del rebelde con causa, la del que pretende influir desde una moral sólida, basada en principios y con acciones concretas. Yo me alisto en esta, y te pido que no desfallezcas, que sigas luchando conmigo. Pare seguir en ella, para lo caer en el lado oscuro, se me ocurren algunas iniciativas, una especie de decálogo para sobrevivir a los zombies, a las que puedes proponer sumar otras:
1.- Tener y creer en una Moral concreta. Para mi la moral es el arte de usar bien la libertad.
2.- Tratar de vivir tus actos acorde con ella.
3.- Ser exigente con uno mismo cada día, reconociendo los errores y poniendo soluciones.
4.- No creer de primeras lo que te venden desde fuera desde la argumentación "todo el mundo, es la moda, si otros lo hacen, ..). intenta ir más allá del porque quieren que lo hagas o lo sigas.
5.- Buscar buenos ejemplos en modos y estilos de vida. Aviso: no salen en la tele.
6.- Hacer cada semana algo por alguien que no sea el amor de tu vida. Hay mil y una posibilidades en tu ciudad.
7.- Proponerte ser influyente a través de tu trabajo y de tus actos sociales. Ser un ser vivo.
8.- Decir que algo está mal si sabes que está mal.
9.- No aceptar dinero fácil por trabajos de mentira, fraudulento. Sé que cuesta, pero mira el punto 4
10.- Gánate el respeto de los demás. ¿Cómo? Fácil. Piensa en una persona a la que respetes profundamente y que haya influido en tu vida, en un referente. piensa por qué le respetas tanto, y ponle nombre. Si eres capaz de imitar esa característica personal que tiene esa personas y por la cual le respetas tanto, ya tienes mucho ganado.
En resumen, deja tu huella, merece la pena intentarlo. Por supuesto puedes aportar lo que te parezca, lo que creas que me he dejado y puede ser importante. Hay muchas cosas. Pero como dijo el otro Basta Ya. Fíjate, aunque a un coste muy alto para muchos, soy de los que piensan que al final la crisis va a traer muchas cosas buenas, entre otras cosas va a limpiar esto un poco, que buena falta le hacía.
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