lunes, 11 de junio de 2012

Justin Bieber Vs. Rafa Nadal... ¿Quién gana?

De entrada, la respuesta al duelo que plantea el título de esta entrada parece fácil: Depende. Si hablamos de una competición de baile, el rubito canadiense tiene todas las papeletas. Si se trata de cruzar raquetas, amigo, ... Pero no. No se trata de eso. Sería muy simple ¿no? aquí hablamos de otra cosa.

Ayer a las 15:00 el gran Rafa Nadal comenzaba, como todos sabéis, la disputa de su séptima final de Roland Garros, después de ganar las seis anteriores, y donde aspiraba a superar al mítico Bjorn Borg, que también ganó seis finales en París. El no va más. Para darle mayor nivel al partido, se enfrentaba al rival que peor nos cae a la mayoría, Novak Djokovic. Buenísimo, pero menos agradable que el otro gran rival de Rafa, Roger Federer. El partido runía todas las condiciones para disfrutar en familia, por fin, de algo que echaran por la tele.

Ahí estábamos todos. Bueno, casi,. Las dos Susanas, madre e hija, preferían estar en el jardín con sus historias, refrescándose un poco, dándose baños de sol, y hablando de sus cosas. Por lo menos de vez en cuando preguntaban "¡¿cómo va?!" A Antonio, con cinco meses,  tampoco le vamos a pedir demasiado, se quedó frito mientras calentaban los dos jugadores antes de empezar el match. Hala, a la cama, uno menos. Claudia se sentó a mi lado, dijo gooooool unas cinco veces, un gol por cada golpe de raqueta de cada tenista, así que mejor que explicarle, le saqué un heladito de postre, unos lápices, papel, y hala, a echar el ratito.

Pero bueno, nada podrá con nuestra moral Carlos, vamos a sentarnos los dos machotes a ver el partido y a disfrutar de estos titanes. Verás Carlos, te voy a contar quien era Emilio Sánchez Vicario y cómo ha evolucionado el tenis desde entocnes... ¿Carlos? ¿dónde está Carlos? Pero si me ha pedido que saque la coca-cola, las pipas barbacoa y la bandera de España. ¿Donde se ha metido este chico? ¡Que ya empiezan! 1-0, 2-0, 3-0, ... Guau!! ¡Cómo empieza esto! Nos merendamos al serbio! ¡Carlos corre, que estp va que chuta! "¡¿Cómo van!?" Preguntan desde el jardín. "Genial, 3-0!!". "Bieeennnnn!!!" Carlos no está con ellas, pero no me contesta. Mejor subo a su cuarto en el próximo descanso a ver qué hace este muchacho. Ay que remonta Djokovic. Mejor espero a que termine este set y lo busco. ¡6-4! Bien! 

Doy el parte a las chicas, y subo a buscar a Carlos, sin gritar no vayamos a despertar al peque, que además ha pasado mala noche.

Y entonces es cuando se queda uno de piedra. La escena es la siguiente. Carlos está de pie, con los brazos adoptando una pose de baile que no sabría describir correctamente, y menos imitarla. Está un poco inlcinado a la derecha, los brazos extendidos, y de repente le corre una especie de descarga eléctrica hormigueante que se inicia en el índice de la mano derecha, y va recorriendo su cuerpo hasta llegar exactamente al dedo índice de su mano izquierda. Sobre las orejas, asuentes a mi vista, descansa unos enormes cascos publicitarios de Heineken, que están conectados al portátil (cacharro, según palabras del Director de su Colegio) que le entregaron en la Escuela hace un par de meses. Y en la pantalla, y esto es lo grave, Justin Bieber, ídolo de quinceañeros y quinceañeras, adoptando exactamente la misma postura, sólo que con un tumulto de voces y vitoreos detrás, pronunciados por una ingente masa de niñas alocadas y de expresión desencajada. Ay Dios, Carlos "¿Qué haces?". 

No me oye, los cascos. Toc toc. "Carlos, ¿qué haces" "Ay, ¡hola! No, que estaba grabando, como hemos quedado, unas cuantas canciones para regalárselas a Adriana, que luego voy a su cumple".

Nota: es cierto, hablamos de no comprar tantos regalitos de cumpleaños a todos los niños que le invitan, y sustituirlo por regalos más imaginativos, más personales y menos costosos. Y en este caso, nos propuso regalarle un CD a su amiga Adriana.

"Vale Carlos, veo que además de grabar, te has emocionado un poco con el pelos este, pero es que está jugando Nadal y va ganando 6-4!! ¡Vamos que el partido sigue!!Termina luego!!". Vale vale, me responde, ahora bajo, termino esta grabación y voy. Ok, yo bajo y este que venga detrás.

Y Nadal a lo suyo, el segundo set como la seda, con un breve parón por la lluvia, y el tío ahí dándo raquetazos.... 6-3!! Qué crack! qué partidazo estamos viendo... ¿estamos? Si supiérais la cantidad de veces que agradecería en casa unos minutos de soledad... pero ahora no!! Nada, ni un alma, este no baja, y el resto todos fuera. Antonio ya se ha despertado, y está muerto de risa viendo como sus hermanas le dan manguerazos de agua a su madre.

Y Carlos a lo suyo, incluso le oigo canturrear. "Oh mababy baby, oh mababy baby..." que luego, cuando sus nietos le pregunten si él vio a Nadal jugar en sus tiempos, no diga que sí, que me revuelvo en la tumba y les contesto yo.

No lo entiendo, pero tiene diez años y yo treinta más. Hay cosas que me gustaría que fueran de otra forma, pero son como son, y no es necesariamente malo que así sea. Es más, a lo mejor yo a su edad estaba haciendo exactamente lo mismo en la habitación con un cassette de "Un pingüino en mi ascensor", que es más grave... Nooooo, la verdad es que sería más bien con uno de Dire Straits, era por decir una gracieta. Un pingüino en mi ascensor jamás vendió un solo cassette...

Volviendo a una de las moralejas a extraer, no es malo que Carlos no viera las cosas como yo. Él está ahora marcando su camino y cubriendo sus etapas. Y si quiero entenderme con él, mejor me quito mis zapatos y me coloco los suyos, para aceptarle, entenderle y compenetrarme con él. La empatía es el mejor arma del Responsable de personas. Nos ayuda definitivamente al ganar-ganar,a ganar más entre todos. Carlos, vamos a hacer una cosa, ven conmigo a ver lo que queda de partido, y después te ayudo a grabar el CD y decorar la carátula, vale? "¡¡Vale!!". Y por cierto, si queda espacio, le grabamos a Adriana una de mi época, de uno que se llamaba "Un pingüino en mi ascensor".

¡Vamos!


2 comentarios:

  1. Ultimamente me he olvidado un poco de todo lo que aprendí contigo. Espero que no sea tarde para retomarlo. Un abrazo.

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  2. Y yo espero que no tardemos en volver a vernos, que hace ya demasiado que no ehcamos un rato juntos. Un abrazo!

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